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La tranquila y menos visitada isla de Muisne, se encuentra en el extremo sur de la provincia de Esmeraldas. La isla de 2km, separada del continente por un estrecho canal, es un destino turístico menos popular, que las más llamativas y más ruidosas playas de Atacames y Tonsupa, más al norte, pero ofrece a los visitantes dispuestos a ir un poco fuera de las rutas normales, una recompensa inesperada: un largo tramo de playas tranquilas, de arena, rodeadas de palmeras, comida deliciosa, gente amable, y un escape completo del ajetreo y el bullicio de la vida moderna. Sin automóviles o autobuses que circulen en la isla - el único medio de transporte es a través de Ecotaxi y bicicleta - incluso el clamor habitual del tráfico de vehículos es silenciado. El principal asentamiento en la isla es la ciudad de Muisne, en la que los habitantes locales estarán felices de atender a los visitantes, en cualquiera de los hoteles frente al mar de la isla, donde están garantizados de ser recibidos con una cálida bienvenida, la típica hospitalidad de la isla, y una tentadora hamaca para disfrutar de la puesta del sol.
Los habitantes de Muisne, se ganan la vida de la pesca de camarón, el cultivo de plátano, y el turismo en pequeña escala. Muchas de las casas de madera construidas en la isla, están construidas sobre pilotes, para evitar el agua que llena los canales que atraviesan las islas en marea alta.
Muisne tiene una serie de excelentes restaurantes locales con especialidades esmeraldeñas. La isla es particularmente famosa por sus deliciosos encocados: un plato con camarones o pescado, cocinados a fuego lento, en una salsa sazonada a base de coco y se sirve con arroz y los típicos patacones fritos aplastados de plátano. Un lugar recomendado, favorito tanto de isleños y turistas, es el restaurante conocido como Las Palmeras. Para aquellos que buscan buena compañía, cócteles exóticos, los ritmos de marimba y el baile, vaya al bar Cuzumbo, un lugar favorito de reunión local, que ofrece todo lo anterior.
El Jardín Botánico
