miércoles, 2 de octubre de 2013

La guadúa pinta el paisaje rural manabita



Un paradero.   En el bosque de Pacoche hay oficinas turísticas levantadas con caña y cade.

(SERPRES).- Un paradero. En el bosque de Pacoche hay oficinas turísticas levantadas con caña y cade.
 Cuando el vehículo cruza por muchas de las carreteras de Manabí es común observar unas viviendas, casi siempre modestas, que pintan el paisaje como si fueran motas de algodón terracota. Se trata de inmuebles levantados con el marfil vegetal, más conocido coma caña brava o caña guadúa. Este bambú es uno de los materiales protagonistas en el área de la construcción. En las zonas tropicales como Manabí la guadúa es sinónimo de frescura, ecología y ahorro. La guadúa en su estado natural llega a sobrepasar los 12 metros de altura. Se la encuentra en grandes cantidades en las zonas montañosas de la provincia. Uno de esos sitios bendecidos es el bosque húmedo de Pacoche ubicado al suroeste de Manta. En las fincas de descanso que aparecen en el escenario del bosque desde hace 20 años, las construcciones son a base de caña guadúa, madera y ladrillo. En el enclave marino de San Lorenzo, ubicado 40 minutos al suroeste de Manta, se construyen casas con caña guadúa. Un ejemplo son las viviendas edificadas en la infraestructura donde funciona la fundación Italiana Matogroso.

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