Ya llegan los Reyes Magos, y con ellos el tradicional Roscón. Te contamos la historia de uno de los dulces más típicos de estas fechas, con el que despedimos la Navidad hasta el próximo año.
Ya se acercan los Reyes Magos, algo que para los más golosos supone una alegría añadida.
Llevamos comiendo dulces todas las Navidades, pero aún queda hacer un último esfuerzo (o no tanto).
Para despedir a estas fiestas como se merecen hay que hacer un hueco para el Roscón de Reyes, la auténtica estrella en estos días.
En todas las familias españolas es tradición comer este dulce durante el día cinco de enero. Pero sobre todo es el día seis cuando, con permiso de los regalos, el Roscón se convierte en el rey de la casa.
El Roscón de Reyes es sin ninguna duda uno de los dulces más populares de la Navidad, seguro que lo comes cada año, pero ¿conoces su historia y de dónde viene esta tradición?
Al contrario de lo que seguramente muchos piensan, el origen del Roscón de Reyes no tiene nada que ver con ningún motivo religioso.
Hay que remontarse a la época de los romanos y a una de sus fiestas, conocida como 'Los Saturnales' o 'Fiesta de los Esclavos' ya que éstos tenían la oportunidad de descansar de sus duras tareas.
Se celebraba cada mes de diciembre con una torta de miel en la que se podían introducir diversos frutos secos. Ya en el siglo III d. C se introdujo una de las tradiciones que llega hasta nuestros días: colocar un haba seca dentro de la rosca (que poco a poco había ido adquiriendo una forma similar al roscón que hoy conocemos) que simbolizaba la fortuna. De hecho, el que tuviese la suerte de encontrarla era nombrado como 'rey de reyes' ya que en teoría le esperaba un año de prosperidad.
Cuando se impuso la religión cristiana como la oficial muchas celebraciones paganas desaparecieron, pero esta costumbre tan golosa no fue olvidada del todo
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