"Montserrat Llor, periodista, acaba de publicar un trabajo -Vivios en el averno
nazi (Ed. Crítica)- sobre campos de exterminio nazis. Pero, a diferencia de la
amplia bibliografía que abarca este asunto, este trabajo resulta diferente a
los demás. Se trata se supervivientes con un denominar común, eran de
origen español. Guardaron silencio durante muchos años pero, por fortuna,
su testimonio no quedará en el olvido y servirá como homenaje a todos esos
españoles que lograron sobrevivir a las vergonzosas fechorías de los
criminales de guerra nazi. A continuación, la segunda parte de la entrevista
con la persona que conoció de primera mano sus vivencias.
-No todo son historias tristes. También tenemos a un prisionero español
que logró sobrevivir gracias a sus dibujos... ¡pornográficos!
Manuel Alfonso Ortelles, el dibujante, entró en Mauthausen y trabajó en Kommandos
duros y agotadores. En el peor momento, cuando no veía salida alguna, decidió
realizar algún dibujo pornográfico a cambio de una gamella más de comida. Lo hizo
solamente en algunas ocasiones, pocas. Fue una de las entrevistas más "coloreadas"
ya que en su casa extrajo una carpeta repleta de dibujos, algunos realizados
dentro de Mauthausen, y cada uno tenía una historia apasionante detrás. Es cierto,
en "Vivos en el averno nazi" hay momentos de anécdotas y curiosidades, los
momentos de ocio de los domingos, alguna representación teatral, los combates
de boxeo, los partidos de futbol...
duros y agotadores. En el peor momento, cuando no veía salida alguna, decidió
realizar algún dibujo pornográfico a cambio de una gamella más de comida. Lo hizo
solamente en algunas ocasiones, pocas. Fue una de las entrevistas más "coloreadas"
ya que en su casa extrajo una carpeta repleta de dibujos, algunos realizados
dentro de Mauthausen, y cada uno tenía una historia apasionante detrás. Es cierto,
en "Vivos en el averno nazi" hay momentos de anécdotas y curiosidades, los
momentos de ocio de los domingos, alguna representación teatral, los combates
de boxeo, los partidos de futbol...
Destacaría varias cosas aunque resulta difícil generalizar rasgos comunes de 20
personas. La primera es su interés y necesidad de rememorar su pasado, darlo a
conocer. La segunda sería una palabra: Solidaridad. Todos la mencionan y
destacan la camaradería entre los españoles, cómo se ayudaban en los momentos
más difíciles, su orgullo por no delatar a nadie aún en los momentos límite. Las
mujeres se sentían orgullosas al hablar del sabotaje que efectuaron en las
fábricas de armamento donde fueron obligadas a trabajar.... Siempre surge
la palabra Solidaridad.
personas. La primera es su interés y necesidad de rememorar su pasado, darlo a
conocer. La segunda sería una palabra: Solidaridad. Todos la mencionan y
destacan la camaradería entre los españoles, cómo se ayudaban en los momentos
más difíciles, su orgullo por no delatar a nadie aún en los momentos límite. Las
mujeres se sentían orgullosas al hablar del sabotaje que efectuaron en las
fábricas de armamento donde fueron obligadas a trabajar.... Siempre surge
la palabra Solidaridad.
-¿Hubo prostitución en los campos? ¿Qué tipo de prostitución?
Hay que reconocer que es un tema sensible, muy delicado, del que es difícil
hablar. Pero sí, algunas mujeres deportadas fueron obligadas a prostituirse.
Así lo contaba Neus Català recordando que alguna no pudo superar tal situación
y acabó suicidándose.
hablar. Pero sí, algunas mujeres deportadas fueron obligadas a prostituirse.
Así lo contaba Neus Català recordando que alguna no pudo superar tal situación
y acabó suicidándose.
Sin embargo, fundamentalmente había barracones con prostitutas, la mayoría
profesionales. En Mauthausen había un barracón al que solamente tenían
acceso los kapos. Uno de los deportados del libro, el zapatero, accedió a sus
servicios y lo contaba con espontaneidad. Es el único de los 20 entrevistados
del libro que llegó a ser Kapo de zapatería, pero, como decía su buen amigo
Marcelino Bilbao "era un kapo de los buenos".
profesionales. En Mauthausen había un barracón al que solamente tenían
acceso los kapos. Uno de los deportados del libro, el zapatero, accedió a sus
servicios y lo contaba con espontaneidad. Es el único de los 20 entrevistados
del libro que llegó a ser Kapo de zapatería, pero, como decía su buen amigo
Marcelino Bilbao "era un kapo de los buenos".
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