Frente a los trofeos y galardones que conserva en su domiclio.
Comentaba que quedó huérfano de padre y madre a muy poca edad (7 años), en Bahía de Caráquez; primero falleció su padre, don Miguel Hidalgo; pocos meses después su madre, doña Ermelinda Rojas; hizo sus estudios en el colegio Mejía, de Quito; luego los continuó en el Olmedo, de Portoviejo, donde se graduó de bachiller con las mejores calificaciones. Azucena Delgado -su compañera de estudios en el colegio Olmedo de Portoviejo- (es el gran amor de su vida, su esposa); no tuvieron hijos.
Desde muy joven practicó fútbol amateur en su provincia -en el equipo El Valle, de Portoviejo- y en Guayaquil en Liga Deportiva Estudiantil.
Estudió Jurisprudencia en la Universidad de Guayaquil; egresó en 1958; entonces fue elegido representante de la Federación Deportiva de Manabí ante la Federación Deportiva Nacional del Ecuador. Allí puede decirse que empezó su carrera como dirigente deportivo. Llegó a ser presidente de la Federación Deportiva Nacional tres veces.
En 1960 viajó a Lima con una selección de fútbol del Ecuador, asistiendo a un Congreso de este deporte amateur. En ese Congreso hizo algunas críticas a la FIFA, como por ejemplo el sistema de designación de árbitros, la aplicación de leyes caducas, etc. Allí comenzó propiamente su carrera de notable dirigente deportivo.
Algún periodista deportivo lo llamó “El Napoleón el fútbol ecuatoriano”, por su similitud en talla y carácter con el consagrado líder francés que dejara huellas de sus actuaciones en Mondovi, Lodi, Arcole, Rivoli y Bassano. Fue considerado un salvador de la república gala.
Ahora ya está alejado de toda actividad deportiva. Sigue ejerciendo su profesión de doctor en leyes, asesorando a varias empresas privadas.
Estos son unos brevísimos apuntes de una figura emblemática e inolvidable de Bahía de Caráquez, siendo el dirigente ecuatoriano que ha llegado al más alto nivel en los anales de la FIFA.
Fuente: ElNuevoGlobo
No hay comentarios:
Publicar un comentario