Portoviejo
(serpres).-La capital provincial es acogedora, pacible y es conocida como la ciudad de los Reales Tamarindos, porque existió una época en que plantaron y crecieron los más frondosos árboles de esta fruta. De gran movimiento comercial, industrial y artesanal, es centro de una importante área agrícola. En la actualidad va adquiriendo importancia en el sector financiero y educativo. En los últimos años ha experimentado una transformación urbanística, que solo ocurre en ciudades en constante progreso. Turísticamente tiene muchos atractivos. Playas, monumentos y centros turísticos. Las iglesias como el Sagrario, destacan por su belleza. La artesanía es también manifestación popular de esta tierra. En Picoazá se elaboran sombreros y muebles de madera. En los hogares manabitas aún están presentes tradiciones manuales y culinarias, como la confección de manteles bordados y preparación de dulces.
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