viernes, 9 de septiembre de 2011

Gran movimiento comercial en Picoazá

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El boom comercial de Picoazà no es una casualidad. La historia de sus inicios así lo señala y el recorrido que ha tenido este sector de la sociedad ecuatoriana lo reafirma.
Sin embargo la fuerza comercial que corre por la sangre de cada uno de sus habitantes se había mantenido tras bastidores desde hace muchos años. Ahora la situación cambió. La parroquia se ha subido en el tren del progreso que la llevará, sin duda alguna, a ser el principal centro del comercio informal de Manabí.
Y los calificativos no responden a una mera exageración. Ya el año anterior, en las festividades de fin de año, se vivió una verdadera convulsión en el lugar. Cientos de comerciantes, todos ellos de Picoazà, se agruparon y decidieron montar sus propios negocios en los alrededores del parque central. La medida le fue mucho mejor de lo que pudieron haberse imaginado.
Se vivió una verdadera fiesta. Decenas de miles de personas, de todos los rincones de la provincia y hasta fuera de ella, llegaron. Compraron de todo y se fueron asombrados. Los costos no tenían competencia. Esa es la clave de los vendedores de este sector de la provincia a la que se le suma el ingenio para las ventas, que a decir de muchos expertos, lo llevan en la sangre.

Los emprendedores


Pero no sólo el año anterior se vivió la fiesta. El boom comercial de Picoazà nació hace unos cinco años. Algunos emprendedores, nacidos en esta tierra, decidieron montar sus negocios y lo hicieron con la finalidad de vender sus productos a los propios comerciantes de la zona que se dedican al trabajo ambulante, con precios más bajos que los obtenidos en los mercados tradicionales.
El negocio no les fue mal. En poco tiempo estos emprendedores obtuvieron resultados favorables. Una ayuda se sumó: el cambio de moneda que sufrió el país. Ahí se consolidaron.

Despertó el león
La tesonera labor de los emprendedores como Ramón Vera (Eno), Pricela Vera Palma, Vicente Tejana Palma, Marzo Rivas Chávez, Fátima Pin, Italo Rivas, y otros, irradiaron una energía positiva a habitantes de la parroquia que tenían ese león comercial dormido. Muchos decidieron, también, montar sus negocios y ahora ellos se suman a los cerca de 40 propietarios de almacenes con asiento en esta parroquia.
Toda esa cantidad de locales comerciales ha hecho que en Picoazà se venda de todo. “Cuando una persona de otro lado viene a la parroquia siempre lo va a encontrar”, señala uno de los comerciantes ubicados en este lugar.



Fuente: Picoazá.com

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