En Barcelona
Las víctimas, algunas menores de edad, eran captadas en Rumanía y coaccionadas bajo amenazas de agresiones y aislamiento.
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en
Barcelona un clan familiar presuntamente dedicado a explotar sexualmente
a mujeres que, en algunos casos, eran captadas y obligadas a
prostituirse siendo menores de edad.
Según informa la Policía, los detenidos doblegaban la voluntad de sus víctimas mediante coacciones, amenazas con armas de fuego, agresiones físicas y encierros durante días en el inmueble donde residían. Los proxenetas llegaron incluso a ejecutar o simular los secuestros de las jóvenes para pedir un rescate a sus familiares en Rumanía. Han sido detenidas cuatro personas y se han realizado tres registros en Barcelona.
Las investigaciones se iniciaron cuando una ciudadana de nacionalidad rumana denunció que una compañera suya, que ejercía la prostitución en la carretera N-150 en Barcelona, había sido supuestamente víctima de un secuestro y que sus captores, los proxenetas que la explotaban, pedían 1.500 euros por su liberación.
En estrecha colaboración con las Autoridades Rumanas, los agentes lograron localizar en la provincia rumana de Calarasi a la abuela de la víctima, quien confirmó que había recibido varias llamadas telefónicas desde España pidiéndole dinero para el rescate de su nieta. Gracias a los datos obtenidos pudieron identificar a varios de los implicados en los hechos.
Según informa la Policía, los detenidos doblegaban la voluntad de sus víctimas mediante coacciones, amenazas con armas de fuego, agresiones físicas y encierros durante días en el inmueble donde residían. Los proxenetas llegaron incluso a ejecutar o simular los secuestros de las jóvenes para pedir un rescate a sus familiares en Rumanía. Han sido detenidas cuatro personas y se han realizado tres registros en Barcelona.
Las investigaciones se iniciaron cuando una ciudadana de nacionalidad rumana denunció que una compañera suya, que ejercía la prostitución en la carretera N-150 en Barcelona, había sido supuestamente víctima de un secuestro y que sus captores, los proxenetas que la explotaban, pedían 1.500 euros por su liberación.
En estrecha colaboración con las Autoridades Rumanas, los agentes lograron localizar en la provincia rumana de Calarasi a la abuela de la víctima, quien confirmó que había recibido varias llamadas telefónicas desde España pidiéndole dinero para el rescate de su nieta. Gracias a los datos obtenidos pudieron identificar a varios de los implicados en los hechos.
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