Estados Unidos celebró ayer su fiesta nacional por excelencia, el Día de Acción de Gracias, con un clima que le dio tregua.
Una tormenta de viento, nieve y lluvia provocó ayer la cancelación de cientos de vuelos en el noreste de EE.UU., pero no causó los temidos embotellamientos previstos.
Millones de estadounidenses viajaron para reunirse con sus familias en estos días, en los que se prevé que se lleven a cabo cerca de 45 millones de desplazamientos internos en todo el territorio, desde el miércoles pasado hasta el domingo próximo. Según los medios locales, muchos viajeros estaban asombrados por la escasa congestión tanto en los aeropuertos como en las carreteras.
Algunos de los mayores retrasos han afectado los vuelos rumbo a Filadelfia, los cuales fueron retrasados desde sus puntos de origen dos horas.
Fueente: El Universo
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