Manuel Avilés es un fotógrafo guayaquileño de 38 años. Su trabajo lo ha llevado a recorrer diversos países del mundo. Estos últimos días estuvo en Filipinas, justo cuando el tifón Haiyan impactó al país asiático, ocasionando una tragedia que hasta el momento deja un incalculable número de muertos y más de 600 mil desplazados.
Este es el testimonio de Avilés, de cómo vivió el antes y después de la llegada de un tifón:
“Filipinas es un conjunto de islas, 7.107 para ser exacto, y por eso es a la vez un destino imperdible dentro un viaje que alguien pueda hacer al continente asiático. Con una cultura muy parecida a la ecuatoriana, los filipinos estuvieron dominados por la colonia española por casi 400 años, muchos más de los que Ecuador estuvo bajo el dominio ibérico. Eso hace que los apellidos filipinos sean González, Rodríguez o Marcos; además tienen costumbres parecidas y sin temor a equivocarme profesan su religión católica de una manera mucho más marcada que la nuestra, al punto de que los centros comerciales tienen iglesia y celebran sus misas ahí mismo.
“En un viaje al Lejano Oriente decidí pasar por este destino paradisiaco, sin saber que me estaba dirigiendo textualmente al ojo del huracán. Una de sus islas más visitadas es Palawan, ubicada a 1 hora y 15 minutos de vuelo desde Manila, la capital de casi 13 millones de habitantes que evoca el Guayaquil de los años 80.
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