A la audiencia de formulación de cargos en la Corte Nacional de Justicia (CNJ) asistieron las esposas de dos de los fallecidos y un desaparecido, conocidas como las ‘Dolores’, quienes han impulsado este proceso desde 2003.
El fiscal general del Estado, Galo Chiriboga (c), interviene en la audiencia de formulación de cargos en la Sala de lo Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ). Fotos: Andrés Darquea | El Telégraf
Conforme el fiscal de la Nación, Galo Chiriboga, exponía los fundamentos para sindicar a los miembros de la Policía que causaron la muerte de 8 personas, en un local de Fybeca del sector de la Alborada al norte de Guayaquil, en la Sala de lo Penal de la Corte Nacional de Justicia, a Dolores Briones, esposa de uno de los abatidos y que acudió a la audiencia de formulación de cargos, se le humedecían los ojos, por lo que continuamente trataba de secarlos con un pañuelo blanco.
“Vamos a demostrar que en este hecho sucedido el 19 de noviembre de 2003 los policías acusados cometieron un delito de grave violación a los derechos humanos en la modalidad de ejecución extrajudicial tipificado en el artículo 450 del Código Penal Vigente”, dijo Chiriboga durante su exposición ante el juez Jorge Blum.
Esas palabras con las que inició la sustentación de cargos el fiscal conmovieron a Dolores, que nuevamente secó las lágrimas que le resbalaban por las mejillas, mientras colocaba su mano derecha sobre una biblia de pasta roja abierta en el capítulo de los Salmos. Ella perdió a su esposo por las balas policiales disparadas durante el operativo que supuestamente se implementó para repeler a 6 asaltantes que ingresaron al local donde trabajaba como mensajero.
Dolores Vélez y Dolores Briones con uno de los abogados durante la audiencia.
Fuente: El Telégrafo
A su lado izquierdo, en la misma mesa donde estaba el fiscal relatando los hechos del caso al magistrado, estaba Dolores Vélez, cuyo esposo murió igualmente por impactos de bala en el interior de la farmacia a la que ingresó a comprar pañales para su hijo de tres meses.
En cambio, Dolores Guerra, esposa de Johnny Gómez, desaparecido en el mismo lugar tras la intervención policial, se ubicó en las sillas asignadas para el público.
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