Lizzie Velasquez puede comer lo que quiera: nunca engorda. Una rara enfermedad que solo sufren dos personas en el mundo la mantiene por debajo de los 30 kilos. Algunos la consideran la mujer más fea del mundo.
Pero Lizzie Velasquez no se deja desmotivar. En lugar de eso, se enfrenta a la vida y predica con el ejemplo ofreciendo conferencias de autoestima por el mundo. En la charla que vemos a continuación, explica cómo impidió caer en depresión por su enfermedad
Camina y se expresa bastante bien. Es licenciada en Comunicaciones y se gana la vida como escritora (va por el tercer libro) y oradora motivacional. Pero las flores en el jardín crecieron después de mucho estiércol que las abonara – perdón por la expresión. Durante su época de estudiante, como se puede imaginar, tuvo que enfrentarse a la incesante crueldad del bullying de sus compañeros, que la llamaban monstruo, piel de abuela y hueso. Nadie la quería cerca. Hace unos años, cuando cursaba la secundaria, un individuo subió a Youtube un pedazo de la participación de Lizzie en un programa de televisión cuando tenía 11 años, y tituló el video “La mujer más fea del mundo“.
Un día Lizzie procrastinaba sus tareas escolares en la computadora cuando vio una imagen en miniatura muy familiar en el bloque de vídeos sugeridos. Esos 8 segundos de video sin audio ya habían sido visualizados por más de 4 millones de personas para ese entonces. Leyó todos los comentarios, que iban desde consejos para que se quitara la vida, personas que decían haber quedado ciegas debido a tanta fealdad, hasta preguntas de por qué sus padres no la abortaron. “Cada uno de ellos era como si el puño de aquella persona saliera de la computadora y me pegara“, confesó años después.
No voy a ser hipócrita, marcianos publicó aquel video en julio de 2010 y en aquella ocasión únicamente me limité a decir “realmente es fea la pobre”. Conocí la verdadera historia de Lizzie Velasquez hace unos días, en una de mis inmersiones a TED e inmediatamente quedé impresionado por las características que hacen que la vida de esta mujer sea algo tan extraordinario. Fue entonces cuando planee hacer este pequeño artículo en honor a Lizzie, para que sirviera como ejemplo para todas aquellas mujeres que se quejan de sus imperfecciones corporales que la maternidad, la falta de dinero o una mala relación les han impuesto. Y que se sientan pésimas por eso.
¿Por qué Lizzie, con todo lo que la vida le negó, es capaz de decir que su condición es una bendición? Que agradece a Dios por haber tenido la oportunidad de experimentar todas esas cosas, ¿Por qué Lizzie habla tan segura y le da tan poca importancia a su problema? Solo puedo suponer las razones: En primer lugar, quizá se deba a que la mujer tiene fe. Y la ciencia ya ha demostrado que aquel viejo dicho de “la fe mueve montañas” tiene algo de cierto. En segundo lugar y estoy bastante seguro de esto, quizá Lizzie tenga unos padres increíbles, que la criaron con todo el amor que otros le negaron en su vida. Y porque ellos, al contrario de otras personas, consiguieron ver en ella aquello que los ojos prejuiciosos, la falta de amor, comprensión y bondad con el prójimo, además del concepto de belleza superficial, enfermo y cruel alimentado por los medios de comunicación, tal vez no consiguieron ver: su verdadera belleza. La belleza que representa y no la que aparenta.
¿Y qué tiene que ver esto contigo mujer? Te quejas de que la sociedad te impone y exige y crees tener el derecho y la razón en hacerlo. Pero cometes un terrible error cuando permites que los patrones establecidos te transformen en algo que no eres. Cuando corres a la mesa de cirugía, a los salones de belleza, o cuando haces dietas insoportables por meras cuestiones de apariencia física (casi nunca por salud). Y bajo los efectos de esa sed por alterar tu propia imagen, te olvidas de construir lo más importante y precioso: tu autoestima, esa poderosa combinación de confianza, determinación y buen humor que hacen de Lizzie la mujer que toda mujer debería ser. Puede que no sea la más bella del mundo, pero con toda la certeza hace de este mundo un lugar mejor.
Y si no tienes suficiente con eso, Lizzie tiene un mensaje para todos:
“¿Quieren saber? Tuve una vida realmente difícil. Las cosas eran asustadoras, eran pesadas. Pero mi vida está en mis manos. Yo puedo escoger hacer de eso algo muy ruin o algo muy bueno. Decidí estar orgullosa de lo que soy, de estar en la piel donde estoy. Me siento especial. Puede que no vea con un ojo, pero veo con el otro. Puedo ser demasiado flaca, pero mi pelo es genial. Y puede que no parezca Kim Kardashian o todas esas personas en las revistas o las estrellas de cine. Realmente no me veo así. Pero no me importa. Nadie tiene la obligación de parecerse a una celebridad. Sé quién soy y me siento orgullosa de ello. La mejor manera de vengarse de los que te juzgan y menosprecian es contraatacar con tus méritos y logros“.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario