La convivencia entre ambos parece ser tan buena que hasta se turnan en el masaje. Esta vez le tocaba al gato de la casa. El perro, tan tranquilo, parecía disfrutar en el jardín de la destreza del felino. Ya podía pasar esto en todos los sitios, eh..
.Cómo si de una pareja de amigos se tratara, este perro y este gatodisfrutan de una preciosa velada en el jardín de su casa. Ante la soledad que reinaba en la casa y sin los dueños de por medio- que andarían a cualquier cosa menos a observar a sus mascotas- el gato decidió romper el hielo y hacerle un masaje al perro, que sin inmutarse disfrutó del buen hacer del minino.
No sabemos cómo acabaría la historia pero desde luego la convivencia entre ambos parece muy buena. Ya podrían aprender otros y no animales precisamente...
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