lunes, 27 de enero de 2014

¿Peligro? Los cerdos vietnamitas abandonados como mascotas suponen un riesgo para el ecosistema, según los expertos


Es verdad que si sueltas crías de boas constrictor o de cocodrilos por el desagüe el peligro es mayor, claro, pero ya hay trabajos científicos que llaman la atención sobre los peligros potenciales de seguir abandonando cerdos vietnamitas en los montes españoles. Supuestas mascotas que, generalmente, adquiridas por internet, sin demasiadas garantías, pueden llegar a cruzarse con el jabalí español. ¿Qué pasaría?

¿Peligro? Los cerdos vietnamitas abandonados como mascotas suponen un riesgo para el ecosistema, según los expertos
Foto: Según algunos expertos, los cerdos vietnamitas abandonados pro los desaprensivos pueden suponer un verdadero peligro./Archivo¿Un peligro para el ecosistema llamado cerdo vietnamita? Son tiernos cerditos con pelo, si cabe y por ello, un animal más feo que los cerdos autóctonos quizá poco valorados porque estemos más acostumbrados a su visión. "El principal peligro es que se produzca una proliferación de estos animales en los bosques españoles. Primero porque su captura no será sencilla, como ocurre con los jabalíes. Segundo porque no sabemos si se generarán enfermedades en contacto con los propios jabalíes y tercero porque, al estar acostumbrados al contacto con el hombre se producirían accidentes en las carreteras. Parece lógico". Así describe Miguel Delibes Mateos, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, con sede en Ciudad Real, los posibles efectos de la suelta indiscriminada de estas, en principio, mascotas.
Pero, ¿qué está pasando? Ocurre que son muchas las personas que atraídas por la moda de tener como mascota un cerdo vietnamita -como ya han hecho muchas celebridades internacionales desde el actor  George Clooney o Rupert Grint, de Harry Potter, al matrimonio Beckham- sucumben a la tentación sin saber que el ejemplar de poco más de 500 gramos y más pequeño que un ejemplar de caniche se convertirá en todo un cerdo de más de 50 kilos, con un gran apetito y por qué no decirlo, bastante incómodo para tener en un minipiso de Lavapiés. Tras el capricho viene el choque con la realidad, y el posterior abandono.
    
Y así, una investigación obra de Delibes, resumida por la revista 'Quercus' y publicada en Animal 

Fuente: Qué!

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