El comercio informal es una actividad que ha estado presente en el país desde tiempos prehispánicos y a pesar de las diversas connotaciones que ha tenido a través de las diferentes épocas, se podría afirmar que el espacio público, ha sido desde sus inicios, el escenario que ha permitido su desarrollo.
La crisis económica y política, los bajos niveles de inversión, los altos costos de hacer negocios y el deterioro de las instituciones ha motivado a muchos buscar el sustento económico por medio de la ocupación del espacio público.
Y es ese denominado “espacio público”, un tema polémico, discutido y debatido por políticos e investigadores que toman como referencia contextos urbanos, desarrollando, a partir de ahí, teorías hechas y deshechas a base de intereses particulares.
El sector informal de Portoviejo mantiene su esquema de trabajo dentro del espacio tradicional de labores (las principales calles de la urbe) y está supeditado a las fluctuaciones naturales y económicas de las partes interesadas.
Alrededor de 700 puestos están apostados a lo largo de la calle Chile con una gama de variedades que van desde fundas de regalo hasta carne en palito. Para muchos, esta es una buena alternativa a la rigurosidad legal del sector formal y para otros, la única opción.
Quizás, para quienes habitamos en esta ciudad, es común observar como estos grupos van creciendo y extendiéndose a pasos agigantados y formando, cada vez más, parte esencial del progreso cantonal, sin embargo, hay quienes sostienen que afecta el ornato, dificulta la libre circulación vehicular y limita el turismo.
La lucha por defender los derechos de los comerciantes minoristas y ser reconocidos como parte del bienestar social y económico del país, nació en 1995, a través de federaciones y movimientos independientes como la Confederación Única de Comerciantes Minoristas y Trabajadores Autónomos del Ecuador (CUCOMITAE), mediante una propuesta que fue vetada y archivada por el ex Presidente de la República León Febres Cordero; lo que enfureció al movimiento pero no lo desanimó, ya que con la nueva Constitución (2008) apelaron el veredicto y propusieron una negociación al pleno, dando paso inmediatamente a su aprobación, formalizando, a través del articulo 329, su labor independiente.
Esta “negociación” de la normativa fue clave para entender como los comerciantes informales han utilizado medios, también informales, para obtener “derechos” y legitimizar su actividad, dejando el término de “informales” a aquellos que evaden impuestos. Ejemplo de ello fueron los proyectos que se presentaron, en el 2004, a la, en aquel entonces, Alcaldesa Patria Briones de Poggi, los cuales fueron denegados, debido a que dicha administración quiso reubicar ese sector al desaparecido centro de diversión “LAS VEGAS”; propuesta que desencadenó la ira entre comerciantes y frustración en la personera municipal.
Cada intento por reubicarlos se ha ido al traste. Otro de los ejemplos visibles fue BAHIA RÌO, inversión que tuvo como fin un comercio organizado, pero su fracaso irremediable lo dejó “en la quiebra”, dejando una infraestructura moderna en el completo abandono y la reubicación de los minoristas como misión imposible.
comerciante
Esa constante negativa de los comerciantes por no salir de sus sitios y la inconformidad de ciertos ciudadanos por que sean reasentados, ha llevado a la Municipalidad, a través de la delegada del Movimiento Democrático Popular (MPD) Ana Pilay, a plantear, conjuntamente con los 9 presidentes de las asociaciones de minoristas en la ciudad, un proyecto de regeneración, el cual consiste en el rediseño de las aceras y la reorganización de los locales en módulos que serán adquiridos por los propios comerciantes a través de un crédito otorgado por la banca privada. A cambio de ello, mensualmente pagarán un impuesto al fisco y mantendrán el área limpia.
Hay que considerar que al llevarse a acabo esta propuesta, la Administración tendrá que definir rutas alternas y estratégicas que permitan el libre tráfico vehicular, de la misma manera, determinar las zonas comerciales como paso exclusivamente peatonal.
Existen alrededor de 2 millones 600 mil personas que se dedican al comercio independiente en el país, en la actualidad, este sector está considerado como el cuarto puesto de ingresos en el P.I.B, lo que nos lleva a analizar profundamente su aporte al desarrollo.
Otra de las alternativas, antes planteada pero jamás analizada, es la reubicación del Coliseo Eloy Alfaro, el cual se acentúa en una área estratégica del casco urbano (Francisco de P. Moreira, entre Chile y Av. Manabí), donde fácilmente podrían establecerse los locales y de esta manera, no se interrumpiría el tránsito.
Es derecho de todos sentirnos atendidos y satisfechos con la labor que deben realizar “nuestros líderes”, pero es nuestro deber contribuir para que ello se dé y que mejor si lo hacemos por el progreso de la ciudad de manera altruista y soberana.
EDUARDO MARTÍNEZ, PRESIDENTE DE LA ASO. DE MINORISTAS DE PORTOVIEJO
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