Los colores blanco y rojo invadieron ayer las calles de la capital venezolana, Caracas. Para los primeros significaba una jornada de reclamos, con llamados reiterados a la paz y seguridad. Para los otros era demostrar, una vez más, el respaldo que el presidente Nicolás Maduro tiene en sus seguidores.Pese a las advertencias del oficialismo de que se impediría el paso de la oposición porque no tenía autorización la marea blanca, formada por miles de jóvenes y ciudadanos, esta salió a las calles y se concentró en la Plaza Brión de Chacaíto, lugar que la noche anterior ya había sido tomado por cientos de policías y guardias nacionales.
Habían sido convocados por Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular (VP), contra quien pesa una orden de captura por los hechos violentos registrados el 12 de febrero pasado. Él apareció vestido de blanco y con la bandera de Venezuela en las manos. Lo acompañaba su esposa; sus padres también participaron.
“Les ruego que cuando yo pase y me entregue, les pido por favor que tengamos prudencia, sin confrontación”, dijo López a través de un megáfono y subido en una estatua de José Martí en la Plaza Brión, donde miles de sus simpatizantes estallaron en júbilo al verlo.
Fuente: El Universo
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