El pequeño pollo Penny fue salvado in extremis de un laboratorio. Su destino fue el Duluth Animal Hospital de Minnesotta. Allí ha conocido a un amigo del que se ha hecho inseparable. Roo, un chihuahua al que le faltan las dos patas delanteras, se ha convertido en su fiel escudero. Dos caminos que tenían pintan de acabar mal pero que se cruzaron e irradian felicidad a pesar de sus problemas...
Ambos animales tienen muchas cosas en común, lazos que hacen que al final tengan que llevarse bien sí o sí. Penny, la pequeña gallina, fue adoptada cuando apenas tenía nueve semanas. Su dueña explica que "estaba en una mala situación". "Nosotros trabajamos con todo tipo de animales. Penny era un pollo de laboratorio que simplemente había pasado unos test cuando pregunté si me lo podía llevar", explicó Alicia Williams.
A pesar de rescatarla de ese laboratorio, la pequeña Penny no encontraba su espacio. Por eso, Alice decidió llevarla a su trabajo diariamente. Allí conoció a Roo, el chihuahua que fue rescatado con apenas siete semanas de vida, ya que alguien lo dejó en la calle abandonado porque no tenía las dos patas delanteras.
En el hospital cuidaron de ambos, especialmente de Roo, ya que le hicieron unas ruedas para que pudiera andar como el resto de perros. Penny ha crecido ya en ese centro y junto a su dueña, cuida diariamente de su mejor amigo, Roo, que ve como su vida ha cambiado en tan sólo unos meses.... Y por suerte, para bien.
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