Tenía 20 años. Cursaba el cuarto semestre de Química y Farmacia en la Universidad Estatal de Guayaquil. Y cada fin de semana hacía lo que le apasionaba: tocar el acordeón y cantar en un mariachi de su natal Quevedo. Pero hoy Amanda Estefanía Molina Almeida no está más. Falleció el pasado 15 de diciembre, tras padecer –por 51 días– con una herida mortal en el estómago, luego de recibir un disparo durante un secuestro exprés (retención momentánea de la persona para robarle).
Sucedió en el norte de Guayaquil, cerca de las 21:00 del 24 de octubre del 2013. Ese día, según la denuncia, la universitaria tomó un auto color plateado para dirigirse a Sauces IX donde residía. Pero no llegó a su destino. Cuando había recorrido pocas cuadras desde el punto de partida (supuestamente el centro de estudios), dos individuos jóvenes intempestivamente abordaron el carro. La despojaron de sus pertenencias. Por al menos 30 minutos forcejearon con ella. Intentaron manosearla. Entonces la hirieron de muerte.
Fuente: El Universo
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