lunes, 5 de marzo de 2012

Bosque Pacoche – Monos aulladores en la costa de Ecuador en peligro

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Desde Septiembre del 2008 existe una zona de protección en Ecuador: “Refugio de Vida Silvestre, Marino y Costero Pacoche”, que consiste en un área de 5.041 hectáreas de selvas tropicales lluviosas y secas, así como en 8.400 hectáreas de la superficie del mar en la provincia de Manabí.
Aunque la selva lluviosa de Pacoche sea prácticamente desconocida para muchos – incluso para quiénes viven dentro del país – es dentro de ella donde la población local entra en conflicto con el gobierno de turno. Éste planea, con el apoyo financiero de Venezuela, la construcción de la cuarta refinería de petróleo que podrá situarse directamente en el área de captación de la nueva zona de protección de Pacoche.
Para la construcción de las grandes plantas industriales se necesitarán de inmediato 500 hectáreas. Además, se necesitará infraestructura para el funcionamiento de la instalación y para la movilización de los bienes producidos. Ya ha sido construida una calle asfaltada que atraviesa las montañas de la selva lluviosa de Pacoche. Ahora, una gran cantidad de tráfico conecta a sólo 25 minutos en coche la lejana ciudad con las playas de la costa de Manta. El presidente venezolano Chávez viajó especialmente a Ecuador para apoyar a su colega presidencial Correa y ayudarlo a ganar la confianza de la población afectada para continuar con los mencionados planes. Pero una gran parte de l población conoce el particular valor de ésta región y protesta en contra de los planes del gobierno, porque las refinerías ya establecidas en el país causaron daños terribles y catastróficos al medio ambiente donde los residentes locales se enfermaron.
Qué hace de la selva lluviosa de Pacoche una selva tan especial?
Es un oasis, un último refugio para una gran cantidad y variedad de especies vegetales y animales en un espacio cerrado. Uno viaja desde mediados de mayo hasta finales de enero con el coche a través de la provincia y se podría creer, por momentos, estar en el continente africano. Los árboles Kapok sin hojas, con impactantes troncos y arbustos deshojados a la altura de la vista. Es el momento en que la corriente fría de Humboldt de la Antártica se lava la costa del Ecuador. Él se encarga de la masa de aire seca, apenas llueve. Sólo se siente una llovizna fina, llamada garúa, que cae sobre algunas regiones proporcionándoles humedad.
La deforestación de la región ha destruido el típico microclima de la selva lluviosa, el ciclo natural de la evaporación y de la lluvia en un espacio territorialmente limitado. La influencia estacional de las corrientes oceánicas aumenta el estrés hídrico y la sequía en las plantas. En general, el clima parece ser cada vez más seco, cada vez llueve menos. Consecuentemente surgen más apagones en el Ecuador, ya que la electricidad del país se basa en las centrales hidroeléctricas. Sin lluvias no hay electricidad. Y es así como las selvas de lluvia van desapareciendo, convirtiéndose en selvas secas por las cada vez más escasas lluvias provenientes de las corrientes de río Panamá.
En Pacoche domina otro escenario. En pocos minutos en coche el escenario cambia radicalmente. El bosque está a menudo envuelto en la niebla y en nubes de lluvia, empujando a la selva con todos sus matices verde a la carretera. Vemos bambúes, tagua, palmeras y otro grandes árboles así como un increíble número de loros, aves y demás especies como los monos aulladores. Aunque parezca difícil de creer, el bosque de Pacoche es el único hábitat para numerosas y variadas especies. La mayoría no puede salir de él y están atrapadas en un ecosistema bastante frágil.
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