(1500 – 800 a.C).
Se desarrolló en la zona costera del sur de Manabí y en la península de Santa Elena, en un medio ambiente de bosque seco y matorral espinoso, con un acceso al bosque húmedo en las tierras más altas. En este escenario se ejerció una agricultura intensiva, acompañada de la caza, la pesca y la recolección.
Una costumbre de esta cultura, que luego se difundió en todos los grupos aborígenes de la Costa ecuatoriana, fue la deformación del cráneo con fines estéticos y como señal de “status”.
Sus entierros formaban grandes cementerios como el encontrado en Salango. En estas tumbas se destacaba como rasgo peculiar la colocación del cadáver bajo la reproducción cerámica de un caparazón de tortuga.
Una característica distintiva de su cerámica es la botella con asa en forma de estribo y decoración pintada a base de bandas rojas. Sus figurillas son de menor calidad estética que las sus predecesoras de Valdivia.
Se desarrolló en la zona costera del sur de Manabí y en la península de Santa Elena, en un medio ambiente de bosque seco y matorral espinoso, con un acceso al bosque húmedo en las tierras más altas. En este escenario se ejerció una agricultura intensiva, acompañada de la caza, la pesca y la recolección.
Una costumbre de esta cultura, que luego se difundió en todos los grupos aborígenes de la Costa ecuatoriana, fue la deformación del cráneo con fines estéticos y como señal de “status”.
Sus entierros formaban grandes cementerios como el encontrado en Salango. En estas tumbas se destacaba como rasgo peculiar la colocación del cadáver bajo la reproducción cerámica de un caparazón de tortuga.
Una característica distintiva de su cerámica es la botella con asa en forma de estribo y decoración pintada a base de bandas rojas. Sus figurillas son de menor calidad estética que las sus predecesoras de Valdivia.
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