PORTOVIEJO. Cerdos se alimentan entre los desechos del botadero ubicado a pocos kilómetros de la cabecera cantonal.
Tarea pendiente
La apertura de rellenos sanitarios va a paso lento. Pese a eso, siete de cada 10 cantones del país depositan la basura en un botadero al aire libre.
Moscas, gallinazos, malos olores… Eso se observa en el botadero a cielo abierto de Portoviejo que por más de 50 años funciona a 2,5 kilómetros del centro de la ciudad. A este lugar llega todo tipo de desechos. La capital manabita es parte del 73 por ciento de municipios del país que deposita la basura sin ningún control técnico. Cambiar esa realidad le cuesta 1,5 millones de dólares y al menos cinco meses para ejecutarlo.
Portoviejo es uno de los 10 cantones más grandes, que en su conjunto generan el 55 por ciento de las 10 mil toneladas diarias de basura que produce el país. Ambato, Cuenca y Quito tienen licencia ambiental para sus rellenos sanitarios. Mientras que Guayaquil, Riobamba, Durán, Manta y Machala están en proceso de obtenerlo. Mientras que Portoviejo y Santo Domingo todavía no cuentan con un relleno sanitario. En el país 162 municipios mantienen botaderos al aire libre.
Los justificativos no faltan. “El Ministerio simplemente se constituye en un contralor que dice: ‘esto lo están haciendo mal, resuelvan’”, se queja Humberto Guillén, alcalde portovejense. En sus planes se encuentra la compra del terreno y el proyecto del relleno sanitario definitivo.
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