El preámbulo para la celebración electrizante fue una victoria 3-1 sobre Deportivo Quevedo. Luego vino la ceremonia de premiación y al final, el ritual largamente esperado y por once campañas postergado: Emelec dio la vuelta olímpica reservada a los campeones.
Así concluyó una temporada dominada por los millonarios en la primera y segunda etapa. Se consagró monarca una fecha antes de la culminación del certamen y por quinta ocasión seguida clasifica a la Copa Libertadores de América.
Ayer, los goles de Denis Stracqualursi, Marcos Caicedo y Óscar Bagüí hicieron vibrar a los asistentes al estadio Capwell, que gritaron con una fuerza inusual los tantos de su escuadra. El júbilo de cada anotación se mezcló con el estallido de una emoción contenida por más de una década.
Oraciones, brazos al cielo, el presidente del club, Nassib Neme, en hombros de los futbolistas, los abrazos que repartió el DT Gustavo Quinteros, la afición coreando los nombres de sus ídolos. Son imágenes y recuerdos del campeón.
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