Es día de visita en el expenal García Moreno y las largas filas que suelen formarse en las afueras se ha reducido a unas pocas personas. La fuga de 55 internos (20 han sido recapturados) el pasado domingo 15 de diciembre del Centro de Detención Provisional (CDP) de Pichincha ahuyentó a todo el mundo, aseguran las vendedoras del lugar, ante el temor de que una estampida de reclusos, similar a la de ese día, vuelva a vulnerar las seguridades.
Los reclusos no hicieron boquetes ni saltaron muros. Salieron por la puerta principal, corriendo en grupo. Es la segunda fuga grande que ocurre en el país este año y la más numerosa. En febrero pasado, 18 internos considerados entre los más peligrosos se escaparon del Centro de Rehabilitación Social 2 (conocido como La Roca) en Guayaquil, y, al igual que ahora, un grupo de guías faltó a trabajar el día que huyeron. Las autoridades presumen que hubo complicidad, mas cuando en el CDP (destinado a procesados) había diez sentenciados, pero los guías alegan que el personal no era suficiente.
El nuevo escape desnuda las vulnerabilidades de un sistema de rehabilitación social caracterizado por el hacinamiento y la violencia carcelaria, la falta de celeridad en la justicia y un manejo “discrecional” de los internos y las cárceles, coinciden organizaciones de Derechos Humanos.
Fuente: El Universo
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