Foto: Michelle Gachet/EL TELÉGRAFO
Vestir a las figuras religiosas es una tradición que llevan arraigados los quiteños desde hace muchos años. La Iglesia católica lo considera como un acto de respeto y veneración. Artesanos ecuatorianos llevan 28 años diseñando los más suntuosos trajes. Terciopelo y satín son los principales materiales que usan para confeccionar vestidos, pantalones, capas y ponchos.
El ingenio es lo que más abunda en el momento de confeccionar los atuendos. Por ejemplo, los artesanos que visten a los Niños Jesús elaboraron indumentaria como el uniforme que visten los policías y bomberos, además de trajes típicos que portan los indígenas en sus fiestas.
Blanca Muñoz compró un ajuar para un Divino Niño Jesús del hospital Militar, porque su mamá se va a operar. "Queremos que Él nos ayude", explicó.
En la calle Rocafuerte y Mejía, en el Centro Histórico de Quito, se encuentran varios talleres, que además de confeccionar los vestidos, también restauran y fabrican las piezas religiosas. Ese es el caso de Édwin Muñoz, quien hace 30 años se dedica a este oficio. Comentó que noviembre y diciembre son los meses "más fuertes de venta". Solo en un día Muñoz restaura 11 figuras. Durante el mes restauró más de 100.
Para Edwin este trabajo es un arte, pues "hay que tener paciencia y talento para perfeccionar las figuras".
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